A pesar de que ha transcurrido una semana de este lamentable hecho y no es mi costumbre hablar sobre estos temas trágicos, no podía dejar de expresar mi dolor por esta noticia, por la forma cruel en que fallecieron estos warriors (guerreros). Definitivamente, el destino se ensañó con mis queridos hermanos del metal. Hoy se busca culpables por todos lados pero eso es como buscarle la quinta pata al gato porque lo que ocurrió ese día fue lo típico que pasa en Ecuador: La suma de varios errores e irresponsabilidades que provocó esta tragedia.
Lo preocupante de todo esto es la generalización y discriminación que ha sufrido el rock y sus seguidores (mucho más con este incidente) por parte de la sociedad y de los medios de prensa.
Un claro ejemplo fue escuchar opiniones de varias personas acerca de este tema pero veamos las perlas más bestiales que dijeron y que fueron las siguientes:
1) Lo sucedido fue obra del demonio.
2) Los asistentes a ese concierto eran adoradores de Satán.
3) No había ningún concierto simplemente se estaba llevando un verdadero Aquelarre, se invocó a Belcebú, se presentó e inició el fuego.
4) No se podía esperar menos, cuando se trató de que ellos invocaban a la muerte de una manera casi satánica. Si pensáramos mejor, evitaríamos estos tipos de eventos y no dejarse arrastrar por estos incitadores del mal.
La verdad que me cabrea (enoja) estos tipos de comentarios ya que estas interpretaciones conducen a la discusión a un plano de Sensacionalismo en vez de aportar una verdadera solución a este problema (y a futuros). Señores, lo que pasó pudo haber sucedido en cualquier otro evento sea este de reggaetón, baladas, chicheras y etc. Nadie pero nadie está exento del peligro.
Precisamente en este concierto es una gran oportunidad para lo siguiente:
1) Demostrar a esa gente que nos detesta y critica, lo equivocados que están.
2) Demostrar la hermandad y la unidad que nos caracteriza,
3) El gran orgullo de ser Rockeros,
4) De que somos personas pacificas, profesionales, tolerantes y muy respetuosos,
5) De un espacio fisico donde expresar y enseñar nuestra cultura.
6) De reflexionar para que desventuras como estas, no vuelvan a suceder jamás.
7) No solo pensar y cuidar nuestra propia integridad sino también la integridad de los demás.
Esta es la gran enseñanza que nos ha dejado esta tragedia!
Me despido no sin antes dando mi más sentido pésame a los familiares y amigos que fueron victimas de este suceso. Descansen en paz mis queridos hermanos del metal!
